El Club de Conquistadores es un movimiento mundial, organizado y dirigido por la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Tiene una larga trayectoria histórica y su identidad está definida por su filosofía, objetivos y símbolos.
Necesidad y primeras experiencias
A inicios de siglo XX, la juventud adventista carecía de un programa integral de actividades. El programa de los Misioneros Voluntarios, que fue adoptado por la Asociación General en 1907, atendía solamente las necesidades espirituales y misioneras de los jóvenes. Sin embargo, ellos necesitaban algo más para su desarrollo. Algunos niños adventistas deseaban unirse a los Boy Scouts, que se establecieron en 1910, pero comenzaron a tener problemas con algunas actividades que iban en contra de las creencias y prácticas adventistas, como la observancia del sábado, la participación en bailes, o los principios de alimentación.
La Sociedad de los Misioneros Voluntarios se reunía los sábados y limitaba sus actividades a lo que era apropiado para ese día. Raramente planeaban actividades seculares, excepto para el sábado de noche en la iglesia, o alguna excursión ocasional. En un esfuerzo por satisfacer las otras necesidades de la juventud adventista, el año 1911 algunos miembros de la iglesia comenzaron a organizar clubes y programas experimentales que incluían actividades recreativas, además de las religiosas. Algunos ejemplos fueron el Clan de Woodland y los Indios de Takoma —organizados en Maryland por Charles Boyd—, y los Boys Pal —organizados por Milton Robinson en Lincoln, Nebraska—. Las actividades de estos clubes intentaban proporcionar crecimiento físico, mental y espiritual equilibrado.
El Club de Arthur Spalding
Arthur Whitefield Spalding (1877-1953).
En 1919, Arthur W. Spalding, editor de la revista Watchman Magazine, inició un club llamado Scouts Misioneros, en Madison, Tennessee, para responder al deseo de los niños que querían unirse a los Scouts, incluyendo a sus dos hijos, Ronald y Windfred. La idea se originó al pasar por un campamento de Scouts un sábado por la tarde, que llamó la atención de Windfred, pidiéndole a su padre participar de un campamento.
Spalding decidió resolver el problema creando un Club que combinara las aventuras de los Scouts con los principios bíblicos adventistas. Así, estudió la organización y los reglamentos de los Scouts, hizo algunas revisiones y formuló las guías que pensaba que se podían adaptar para los jóvenes adventistas. En la primavera siguiente, Spalding, sus hijos y algunos de sus amigos salieron a acampar. Además de las actividades religiosas, hicieron trabajos manuales, trabajos en madera y rastreo de huellas.
El Club de Spalding desarrolló los reglamentos e ideales que fueron el fundamento para el Club de Conquistadores moderno. Es evidente que Spalding adoptó ideales de los Scouts. Esto se ve en la similitud entre el Voto y la Ley del Conquistadores y la Promesa y la Ley que se encuentra en el Manual de los Scouts.
La Asociación General comienza a organizar las clases regulares
Charles Lester Bond (1888-1971).
Mientras surgían estos primeros clubes, Harriet Holt —Secretaria de Jóvenes y Menores de la Asociación General entre 1920 y 1928— introdujo en el movimiento de los Misioneros Voluntarios las clases de Amigo y Compañero. Su sucesor, el pastor Charles Lester Bond, añadió una clase más, llamada Camarada, diseñada para los jóvenes mayores y para los líderes de jóvenes. Cuando un individuo completaba la clase de Camarada, podía realizar un estudio adicional y completar 7 requisitos para transformarse en un Camarada Mayor. Estas clases incluían instrucción religiosa, estudio de la naturaleza, y adquisición de nuevas habilidades.
El año 1928, Bond obtuvo el permiso del líder de los Scouts para utilizar algunas de sus ideas y materiales para preparar especialidades para los Misioneros Voluntarios. Como consecuencia, fue acusado de traer influencias negativas a la iglesia. Sin embargo, Bond continuó su misión de adaptar el material heredado de los Scouts. En 1931 se realizó la primera investidura de la clase Camarada Mayor de los Misioneros Voluntarios.
¿Cuándo se realizó la primera investidura de Guía Mayor?
La primera investidura de Guía Mayor se realizó el año 1931. En ese momento, la clase de liderazgo se denominaba Master Comrade, o Camarada Mayor.
Los clubes de California y el uso del nombre Conquistadores
Al final de los años 20, John McKim, quien era un Scout experimentado, tuvo percepciones e ideas muy parecidas a las de Spaliding y soñó con un Club para los niños de la Iglesia Adventista de Santa Ana, California. Así, inició un Club en Anaheim, en el condado de Orange, donde vivía. Más tarde, las niñas se convirtieron en miembros del Club y la esposa de McKim las supervisaba.
En 1930, surgió otro Club para niños en la Iglesia de Santa Ana, bajo el liderazgo del Dr. Theron Johnston. Él se encontraba con los niños en el sótano de su casa en Santa Ana, y les enseñaba técnicas de radio y electrónica. Su hija Maurine ya lo había ayudado con la radio, y protestó cuando no se le había permitido entrar al Club. Como resultado su madre comenzó el Club para niñas que se reunían en el sótano.
Los Clubes de McKim y Johnston se encoraban una vez al mes en el hogar de los Johnston para tener reuniones en conjunto y acampar, hacían excursiones cada tres meses. Los miembros del Club también se unieron al coro juvenil del condado de Orange que era dirigido por la Sra. McKim y cantaban en las reuniones de evangelismo. Ellos también cumplían con los requisitos de Amigo, Compañero y Guía. Sus uniformes constaban tan solo de una camisa especial.
En la época en que McKim y Johnstons iniciaron sus clubes, los adventistas del séptimo día vivían el inicio de sus actividades con campamentos de verano. Estaban entre estos pioneros muchos de los que se convertirían en el futuro los grandes líderes que comenzarían el movimiento de los Conquistadores, hombres como Arthur Spalding, Grover Fattic, W. Holbrook, Eldine W. Dumbar, C. Lester Bond y Guy Mann.
En Julian, cerca de San Diego, California, Guy Mann y Laurence Skinner organizaron un campamento para la Asociación Sudeste de California. El orador invitado fue Arthur Spalding, quien durante las noches contaba historias alrededor de una fogata. Una de las noches, Spalding inspiró a los jóvenes contando la historia de un pionero norteamericano, muy conocido en aquella región, llamado John Frémont, el Pathfinder.
John Frémont vivió entre 1813 y 1890 y realizó grandes expediciones al oeste selvático, mandando relatos que motivaron la colonización del oeste. Sus aventuras le valieron el sobrenombre de Pathfinder. Frémont llegó a ser considerado por algunos como el padre del rafting y del canotaje gracias a sus incursiones en los ríos del oeste americano para hacer los mapas del territorio, que hasta entonces era desconocido. De hecho, estas historias inspiraron a los participantes del campamento en Julian, que mas tarde fue comprado por la AG y fue conocido con el nombre de Campamento del conquistador visionario voluntario juvenil. Este nombre sería la inspiración para el nombre del club de McKim, que sirvió como consejero en aquellas reuniones campestres.
Lamentablemente, estos primeros Clubes de Conquistadores no recibieron el apoyo de sus propias iglesias. Los líderes de la Iglesia de Santa Ana acusaron a McKim y Johnston de traer el mundo a la iglesia y los amenazaron con disciplina eclesiástica, e incluso con borrarlos de la Iglesia si no abandonaban los clubes. C. Lester Bond, director asociado de jóvenes de la Asociación General y otros, también temían que el nombre Conquistador sustituyera el de MV. Temían que las actividades seculares tomaran el lugar de las espirituales; por eso, desaconsejaron el uso del nombre Conquistador, y la idea de un club que tuviera actividades seculares. A pesar de los esfuerzos de McKim y Johnston, ambos clubes dejaron de existir después de 1936, pero los clubes de Santa Ana permanecieron como precursores de los clubes de Conquistadores en California y en el mundo en general.
Un pastor se levanta en favor de los conquistadores
Laurence A. Skinner (1905-2002).
Laurence Skinner, pastor adventista, continuó más tarde con la idea de los Conquistadores cuando organizó el Club permanente en Glendale en 1937. Lawrence Paulson, un empleado del Hospital de Glendale, asumió la dirección del Club en 1939 y 1940, y bajo su guía el Club comenzó a crecer. Skinner adoptó una táctica para traer popularidad a los clubes que todavía cargaban con muchos prejuicios.
El Club incorporó la orden de marcha practicada por los socorristas y camilleros en sus programas y los traía para enseñarles a los Conquistadores. En la década del 40, los clubes crecieron en toda Norteamérica, algunos comenzaron en California y otros comenzaron en el noroeste del pacífico. Así, Skinner consiguió una imagen de servicio y una buena reputación para los clubes delante de toda la sociedad, que la comunidad no podría negar.
En 1944, Laurence Skinner fue transferido para la Unión Pacífico Norte, como director de Jóvenes, teniendo en cuenta que la Asociación General todavía se oponía a la creación de los Conquistadores, y al uso de este nombre. Skinner decidió llamar Trailblazer a los nuevos clubes; uno de estos clubes tenía a niños y niñas de entre 10 a 15 años de edad. Su programa era similar al de los clubes de Conquistadores de hoy en día, incluyendo las Clases y Especialidades, las investiduras, los campamentos, y actividades de cocina, excursiones, rastreo de huellas, estudio de la naturaleza, nudos y primeros auxilios, entre otros. Los miembros usaban un uniforme verde oscuro, que vestían en el día de los MV Trailblazer. La idea de los Trailblazer se esparció por California y llegó hasta Ben Mattison, director asociado de jóvenes, quien comenzó un Club en la Asociación del Norte de California.
En 1946, Laurence Skinner, un entusiasta defensor de estos grupos, se convirtió en el director asociado de jóvenes de la Asociación General. En aquel tiempo, J.R. Nelson era el director de jóvenes de la Unión del Pacífico en la que existían los clubes, todavía sin contar con el apoyo oficial, mientras Paulson un líder laico, dirigía un exitoso Club en la Iglesia de Glendale. La providencia de Dios había encaminado los acontecimientos y todo estaba en su lugar para crear el programa más complejo y bien organizado de evangelismo para los jóvenes de la Iglesia Adventista.
Surge el primer club oficial de Conquistadores
John H. Hancock (1917-2001) y su esposa Helen.
En 1946, después de que el pastor John Hancock, director de jóvenes de la Asociación Sudoeste de California volvió del campamento de verano de ese año, la madre de uno de los participantes lo visitó y expresó el deseo de que el campamento tuviera un año de duración. Le explicó que su hijo había recibido una gran bendición durante el campamento de verano, y que había vuelto con el brillo del cielo en sus ojos.
La conversación impresionó a Hancock, quien comenzó una organización que pudiera tener un efecto similar sobre los jóvenes durante todo el año. Hancock conocía la experiencia de McKim y de los Conquistadores en Santa Ana en los años 30, y también sabía de los Trailblazer y del pastor Skinner, por lo que decidió organizar un club similar.
Francis Hunt, un estudiante de teología de Universidad de La Sierra, junto con su esposa servían como primeros directores del Club, y Ovra Ackerman fue una de las primeras consejeras. El grupo comenzó con 15 miembros que, con sus líderes, se reunían en la casa de los Hancock. Esta fue la primera vez que la Asociación y la iglesia local se unieron por un Club.
También, en 1946, el Pr. Hancock, director de jóvenes de la Asociación Sudoeste, diseñó el emblema de Conquistadores, el famoso triángulo rojo. Los tres lados del emblema representan el desarrollo físico, mental y espiritual de los jóvenes. La espada representa el Espíritu Santo, y el escudo, la fe. Todos juntos indicaban que el Club era una organización espiritual, relacionada con la iglesia.
¿Quién diseñó el emblema del Club de Conquistadores?
El emblema del Club de Conquistadores —el triángulo rojo con un escudo y una espada en el centro— fue diseñado por John Hancock en 1946.
Organización y reconocimiento de la Asociación General
Al año siguiente, 1947, el departamento de Jóvenes de la Asociación General pidió a la Unión del Pacífico que desarrollara un programa de Conquistadores unificado. Eran los pasos en el liderazgo de jóvenes de Skinner para implementar el programa de forma oficial para toda la Iglesia Adventista. Dirigidos por Nelson, una junta de directores de jóvenes de la Asociación local y algunos laicos, incluyendo el director del Club Paulson, comenzaron a trabajar en el programa que iba a ser presentado como propuesta a la Asociación General.
Lawrence Paulson, un líder laico, se convirtió en uno de los líderes de Conquistadores más destacados de aquella época. Su Club, en Glendale, llegó a tener 150 miembros. Él adoptó el triángulo diseñado por el pastor Hancock y desarrolló varias actividades similares. Se cree que él ayudó a fundar 11 clubes en el sur y sudoeste de California. Con los resultados en Riverside y Glendale, el nuevo director de jóvenes de la Asociación General, Laurence Skinner, entró en contacto con el director de jóvenes de la Unión Pacífico, el Pr. J.R. Nelson y le solicitó que reuniese a los directores de Conquistadores para desarrollar la idea.
Henry Bergh, director de jóvenes de la Asociación Central de California, diseñó la bandera de los Conquistadores en 1948. Los cuadrados azules significaban lealtad y coraje, y los cuadrados blancos representaban la pureza. La insignia de los Conquistadores, que se encuentra en el medio de la bandera, tenía una interpretación diferente a aquella dada por Hancock. La espada representaba la Palabra de Dios y el escudo la verdad.
¿Quién diseñó la bandera del Club de Conquistadores?
La bandera del Club de Conquistadores —cuatro rectángulos; dos azules y dos blancos— fue diseñada por Henry Bergh en 1948.
Entre 1946 y 1950 surgieron varios clubes, y el Pr. L. Skinner en la Asociación General, en conjunto con los líderes y pastores de estos clubes, prepararon los manuales y perfeccionaron el programa. En 1949, los líderes de jóvenes se encontraron en un concilio de MV y sugirieron a Henry Bergh que escribiera un himno para los Conquistadores.
Al principio Bergh creyó que no sería capaz de hacerlo, pero mientras se dirigía a un congreso sabático en mayo de aquel año, sus pensamientos con respecto a los ideales de los Conquistadores le dieron la idea de la letra. Paró el automóvil y buscó papeles dentro de su Biblia y escribió el himno. Un poco después, una nueva parada le dio la música para aquella letra, y fue así que en enero de 1950, en una convención para directivos de Conquistadores en Ascilimar, se cantó por primera vez en público el Himno de Conquistadores.
¿Quién compuso el himno del Club de Conquistadores?
El himno del Club de Conquistadores fue compuesto por Henry Bergh en mayo de 1949.
La Asociación General reconoce el Club en 1950
A medida que estos nuevos clubes se desarrollaban, la junta de Nelson, iniciada en 1947, completó su trabajo y presentó el programa que había desarrollado para el departamento de Jóvenes de la Asociación General. El 24 de agosto de 1950, la junta de la Asociación General, reconoció oficialmente el programa del Club de Conquistadores. En la misma oportunidad se aprobó un folleto que debía usarse como guía en la organización de los clubes. También recomendó que las reuniones se llevaran a cabo semanalmente, o una vez cada dos semanas, un día de la semana, y que las actividades incluyeran excursiones, campamentos, pasatiempos y recreación.
¿Cuándo fue fundado el Club de Conquistadores?
El programa del Club de Conquistadores fue reconocido oficialmente por la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día el 24 de agosto de 1950.
Finalmente, los líderes habían reconocido que los Conquistadores ayudarían a los niños a convertirse en buenos cristianos y que el Club animaría el uso de las clases de MV y el nombre MV. La visita de los líderes de los Scouts Nacionales a la Asociación General en 1949, también pudo haber influenciado a los líderes de la iglesia a desarrollar su propio Club. Ya que cuando los adventistas se rehusaron a aceptar la invitación de los líderes de los Scouts para unirse a su organización, los Scouts observaron que la denominación no tenía los recursos para llevar a cabo un programa exitoso. Los líderes de la iglesia pueden haber tomado este comentario como un desafío.
También, en 1950 la Asociación General cambió el nombre de la clase de Camarada a Guía, debido a la asociación del término camarada con el comunismo. En 1956, el departamento de jóvenes incluyó la clase de Explorador entre las clases de Compañero y Guía. Luego, en 1966, se añadió la clase de Pionero, entre Explorador y Guía.
Los primeros congresos y cursos
La Feria de los Conquistadores, una ocasión festiva anual para los clubes de Conquistadores comenzó en 1951. Era el ápice del programa del año y brindaba a los niños la oportunidad de participar en varias actividades y mostrar mejor su desempeño. Cada Unidad del Club observaba lo que los otros clubes habían hecho y se beneficiaban con el intercambio de ideas.
Los indígenas de Napa realizaron la primera feria que se conoce en el Sanatorio de la Escuela Secundaria en Santa Helena, California en 1951 , pero solamente los miembros de ese Club participaron. Oregon organizó su primera feria en la Escuela Eugene, presentando demostraciones de Orden Cerrado, cinco eventos al aire libre, incluyendo sa lto largo, armado de carpas, carrera de relevos y prueba de velocidad para atar nudos.
Reconociendo las necesidades de líderes calificados para implementar efectivamente el programa de Conquistadores, el departamento de Jóvenes de la Asociación General publicó, en 1951, el curso de Capacitación para directivos, editado por Laurence Skinner, John Hancock y Lee Carter. El curso incluía instrucción sobre la psicología en la adolescencia, liderazgo de recreaciones, proyectos en la naturaleza, artesanías, campamentos, Orden Cerrado y juegos. Para ayudar a los directores y consejeros de clubes a entender el programa total de Conquistadores. Algunos años después, el departamento publicó un trabajo nuevo y actualizado llamado Manual de Directores de Conquistadores.
En el mismo año (1952), los clubes de Wisconsin participaron de un programa en la noche de Halloween, reuniendo y recolectando latas de alimentos que distribuían entre los pobres. La actividad se convirtió en un evento anual para los Conquistadores en toda Norteamérica. Más de 125 niños participaron del programa en la ciudad de Nueva York en 1953, sa ludando a las personas de las casas de la siguiente forma: “Esta noche se hace “trick or treat” (dulce o travesura), pero no estamos aquí por eso. Nos gustaría recibir algún alimento envasado para los pobres, y así darles la oportunidad de tener un Día de Acción de Gracias feliz”.
Mientras juntaban los alimentos, los Conquistadores ofrecían literatura adventista, incluyendo la revista Señales de los Tiempos, y un folleto que presentaba a los Conquistadores e invitaba al lector a inscribirse en un curso bíblico por correspondencia.
La naturaleza religiosa del Club también apareció en muchos programas como en Comparte tu fe. Al estudiar la Biblia y desarrollar una relación íntima con Jesucristo y la iglesia, el los compartían sus experiencias con otros y los animaban a aceptar a Jesús. Algunos de los Conquistadores dirigían reuniones de evangelismo, y compartían su testimonio con amigos y otros adultos.
Surge el Día del Conquistador
La iglesia comenzó a dar más énfasis a los Conquistadores a través de la celebración anual del Día de los Conquistadores que comenzó en 1957. En el sábado elegido por la Asociación General, que por lo general era el tercer o cuarto sábado de septiembre, los Conquistadores debían dirigir el Culto de adoración usando el programa preparado por el departamento de Jóvenes de la Asociación General. En ese día, los miembros del Club usaban sus uniformes, dejaban un lugar separado para ellos y relataban a la iglesia sus objetivos y logros.
Intentando hacer que la iglesia se concienciara de la responsabilidad que tenía para con el Club, los Conquistadores apelaban a los nuevos miembros y solicitaban la asistencia de los adultos a las reuniones del Club. La participación en el culto les daba a los Conquistadores la sensación de pertenencia a la iglesia.
Conclusión
La historia de los Conquistadores en el mundo y en Sudamérica fue forjada por hombres y mujeres que amaban a los jóvenes y deseaban su salvación; hombres y mujeres que vieron en el Club un método prometedor de evangelismo juvenil y que veían la formación de toda una generación de líderes.
Esta historia se construye con la mano de Dios guiando a sus siervos a través de los bosques del miedo y la incomprensión, donde estos primeros héroes literalmente conquistaban nuevos rumbos para la iglesia y pagaron con sacrificio personal, entregando sus años de ministerio, tiempo libre, dinero y, a veces, hasta la atención de su propia familia. Algunos de ellos son más conocidos, pero el legado que nos dejaron llegó también de centenas de desconocidos que dedicaron tardes de sábado, mañanas de domingos, vacaciones y feriados al programa más completo y amplio que ha producido la Iglesia Adventista del Séptimo Día.